El calzado infantil

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El Calzado en edades tempranas forma un papel muy importante en el buen crecimiento y desarrollo del niño sobretodo durante los primeros años de dehambulación.

Cada vez son más las casas comerciales especializadas en calzado de niño que utilizan materiales transpirables y usan hormas adecuadas para ellos.

Es de suma importancia el uso de un buen calzado durante todo el proceso de crecimiento desde los 13 meses de edad que se comienza a caminar hasta bien pasada la pubertad.

En este artículo comentaremos cuales son las bases de un buen calzado y en que momento de la edad del niño es más aconsejable uno u otro.

El Calzado infantil ha de llevar un buen contrafuerte que mantenga el talón bien sujeto y de estabilidad al retropié y al talón ya que es el primer punto de apoyo durante la marcha; yo aconsejo que cuando estéis en la tienda con el calzado en la mano, hagáis una prequeña comprobación y presionéis los laterales del contrafuentre como si quisierais juntarlos, si os cuesta y es resistente será un buen contrafuerte de lo contrario si es endeble no hará la función de estabilitzar el retropié de manera eficiente.

Otro punto a tener en cuenta es el interior del calzado, ha de ser amplio y los dedos deben tener la capacidad de poder moverse (puntera amplia), los materiales han de ser nobles para que el pie pueda transpirar y sea más flexible, es evidente que ha de estar limpio tanto interna como externamente.

Es importante que sea de fácil sujeción y regulable mediante cordones, velcros o hebillas, pero siempre sujeto.

Las suela ha de ser amplia en toda su extensión para aumentar la estabilidad, y consistente pero flexible, el mejor material es la goma con incrustaciones antideslizantes. No cabe decir que la medida del calzado ha de ser siempre la correcta con respecto al pie para evitar malformaciones digitales o atrofias.

Referente a la edad, en el crío preandante no se debe poner calzado, pero si patucos para protegerlos del frío o de picaduras. Ya cuando gatea ha de llevar un calzado con gran flexibilidad  con protección en el antepié y retropié para evitar fricciones.

Cuando el niño/a empieza a andar se recomienda un calzado muy estable, flexible y con gran capacidad interior, que no comprima, y con el contrafuerte resistente y por debajo de los maleolos (tobillo).

Ya cuando el niño anda sin dificultad en adelante el calzado ha de ser amplio, acordonado, con refuerzos en la parte posterior y anterior y transpirable. Existe la controversia de si es mejor llevar zapato o calzado deportivo y desde mi punto de vista hoy en día el calzado deportivo reúne todas la caractrísticas adecuadas como las de un zapato, únicamente que los materiales no son tan nobles y pueden causar falta de trasnspiración provocando aumento de la sudoración, mal olor e infecciones fúngicas, bactericidas o alergias por hiperhidrosis.

Por último decir que las tendencias que ultimamente se ven el las consultas debidas a las modas o imitaciones mediáticas, como el uso de deportivas de fútbol sala para vida diaria, calzado con ruedas, manoletinas sin sujeción, botas blandas, calzados con suelas poco consistentes etc..,  están causando verdaderas alteraciones en los pies y es aconsejable limitar el uso de este tipo de calzados para momentos muy esporádicos.

Con esto me despido y espero que este artículo os haya servido de ayuda a la hora de saber escoger o aconsejar un calzado a los más menores ya que son más suscetibles a cualquier alteración debido su contínuo desarrollo.

Un saludo desde nuestro Centro Podológico Marianao.

 

David Ezquerro Jara

Nº Col. 1077.

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